Valora a quién te dedica su tiempo,
te está dando algo que nunca recuperará.
Imagen portada de Jasmin Key
El valor del tiempo. Las personas que están a nuestro lado, que nos dedican su tiempo, amor y compañía… son tesoros que debemos cuidar y apreciar.
Cuando una persona se molesta en pasar a visitarte, o en su defecto, en hacerte una llamada o escribirte… esa persona te está dando un cachito de su vida, un tiempo que -por poco que sea- tiene un valor incalculable, ya que todos sabemos que nuestro tiempo es finito (al menos en esta dimensión).
Si hablamos de la pareja, esa persona no sólo te está entregando un trocito de su tiempo, sino su vida entera -obviamente desde que te conoció 😆 -, deseando compartirla y vivirla a tu lado. Entre millones de personas, te ha escogido a ti, y eso también tiene un valor incalculable.
Sin embargo, a veces nos volvemos adictos a la compañía de otras personas… recordemos que no es lo mismo la soledad que la desolación. Si bien es cierto que es muy agradable tener alguien con nosotros y compartir cosas con esas personas, también es cierto que no tenemos derecho a exigirles más de la cuenta, ya que hay que dar espacio y libertad para que también hagan cosas que les nutra, y por supuesto, también darnos a nosotros mismos ese espacio y esa nutrición.
Nuestro tiempo también es valioso, y por muy bien acompañados que podamos estar, hay que guardar tiempo para estar a solas con nosotros mismos para escucharnos y equilibrarnos. Es sano encontrar ese balance entre compartir nuestro tiempo con los demás y el dedicarnos tiempo a nosotros mismos.
Ofrece tu tiempo a las personas que realmente te quieran y se molesten en incluirte en su vida. Mira y vigila bien a quién le prestas tu atención para después no lamentarte de haber dedicado demasiado tiempo a gente que finalmente no se lo merecía. Nunca antepongas las necesidades de otros a las tuyas propias; no es egoísmo, es amor y respeto hacia ti mism@.
Tenemos las horas contadas, aunque eso no le guste a nuestro ego, cada segundo de nuestras vidas es sagrado.
¿Eres consciente de la cantidad de milagros que suceden a cada instante para que tú y yo estemos aquí ahora mismo? Desde la cantidad de agujeros negros que nos rodean en nuestro propio sistema solar -ni hablemos de los que hay en el resto del Universo- hasta el eficiente trabajo que realiza cada una de nuestras células para que nuestro cuerpo nos sostenga en esta dimensión.
No cuentes los días… ¡haz que los días cuenten!
No basta con estar vivo, es necesario SENTIRSE VIVO. Una semana feliz, sólo se consigue día a día.
El tiempo no es oro, el oro no vale nada. Nos hacen creer que es oro para mantenernos desconectados de nuestra esencia, produciendo de forma autómata como si fuéramos máquinas de una cadena de montaje…
El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños, es la falta de tiempo; una excusa que le encanta a nuestro ego. Si no construyes tus sueños, alguien te va a manipular para que ayudes a construir los suyos.
Haz algo ahora, porque ahora es el único momento que tienes. Si no crees que cada día es un buen día, prueba a perderte uno… dejemos de matar el tiempo y comencemos a valorarlo y honrarlo como se merece.
Recuérdalo… ¡El tiempo no es oro, el tiempo es vida!
Al igual que con las relaciones, tú decides en qué labores inviertes tu vida a cambio de oro. ¿Te nutre tu trabajo? ¿Cómo empleas los 86.400 segundos que tienes cada día?
Disfrutemos del momento a momento, siempre presentes a cada instante… dándole el valor que realmente tiene, que es la vida misma.
Honra cada segundo de tu vida como se merece.