Es triste poner punto y final a capítulos de la vida,
pero si no lo haces,
es imposible redactar más historias.
Imagen portada de Victoria Borodinova
Las rupturas no suelen ser plato de buen gusto -sean del tipo que sean- ya que no dejan de ser un tipo de “muerte”, pero pueden ser un momento de crecimiento personal enorme, ya que tienen la potencialidad de ayudarte a conocerte a ti mism@ y saber exactamente lo que quieres.
Si bien es cierto que es difícil pasar página, es necesario que pongamos al menos un punto y final. ¿Cómo conseguirlo? Alguno de los consejos que puedo darte es primeramente analizar de forma objetiva cuáles han sido los fallos de ambos, no sólo de nuestra ex pareja, ex socio o whatever… ya que tenemos tanta o más responsabilidad por todo lo que ha sucedido si somos honestos.
¿Porqué tenemos más responsabilidad? Por haberlo permitido, básicamente… y por habernos resistido al cambio. Muchas veces hacemos oídos sordos a nuestros sentimientos y emociones, pudiendo derivar en estrés, depresión y más enfermedades. Pero no te culpes tampoco, de todo se aprende y esta vida es la mejor escuela que existe. Nada es casual y todo tiene su razón de ser.
A partir de ahora tendrás más claro quién eres, qué es lo que quieres y esperas de alguien, y sabrás escoger mejor la próxima vez y/o frenar a tiempo cuando veas venir cosas que no toleras, alejándote si fuera necesario de una forma más sana y menos “dramática”.
Es importantísimo conocernos a nosotros mismos, conocer lo que nos hace felices y, sobre todo, buscar a alguien que sea acorde con nosotros, no pretender que con el tiempo acabe siéndolo… porque no todo el mundo cambia o evoluciona de la forma en que nuestro ego desearía… si hay algo innegable en esta vida, a parte de que algún día moriremos, es que la vida es cambio, y no podría ser de otra manera tampoco.
Medita cada día, descubre qué hay al fondo de cada sentimiento que tengas… tira del hilo las veces que sea necesario hasta que llegues a una toma de consciencia en la que podrás, por fin, poner punto y final de forma natural.
Cuando descubrimos las farsas de control que hemos adoptado nosotros mismos y la otra persona, se descubren cosas inimaginables que a nuestro ego, generalmente, no le gustan nada, porque prefiere ver sólo los defectos de los demás y no los propios.
Muchas veces nos decimos… ¡cómo he estado tan cieg@! Realmente a veces no queremos ver… o nos engañamos a nosotros mismos pensando que hay que aguantar un poco, sino nunca se consigue tener una pareja estable… pero todo tiene su justa medida y su justo límite. Una acción o hecho puede tener menos importancia que otro, el caso es interiorizar para descubrir cuáles son nuestros límites, lo que estamos dispuestos a aguantar por amor y lo que no, siempre desde el respeto y el autorespeto.
No olvidemos que atraemos a nuestra vida a personas que vibran como nosotros, en mayor o menor medida, o como poco, que nos reflejan algo de nosotros, bien sea positivo o negativo. Lo negativo que vemos en otros, tendemos a rechazarlo en nosotros mismos, relegándolo a nuestra sombra, la cual va creciendo y creciendo…
Una vez te conoces, una vez llegas al fondo auténtico del asunto… sólo queda poner el punto y final y despedirte. Darle gracias por todo lo que te ha enseñado y comenzar con ilusión y energía una nueva etapa en tu vida, sin duda más rica, ya que toda “muerte” trae consigo un gran regalo.
A partir de entonces, tomando consciencia y responsabilidad, podremos redactar nuevas historias; historias que nos harán más felices y donde seremos más conscientes de que sólo nosotros mismos somos los que tenemos el poder de escribirlas, ya que el bolígrafo siempre ha estado en nuestra mano, ¡y ahora somos conscientes de ello!